Santiago de Compostela
Apartir del siglo IX. La cristiandad europea va a fijar su mirada en un lugar del noroeste de Espaňa, en Compostela. Allí un obispo de Iria, Teodomiro, reconoce una antigua tumba como la propia del Apóstol Santiago el Mayor a quien se consideraba, por entonces, el primer evangelizador de estas tierras.
La historia de las peregrinaciones hasta este lugar se inicia desde el momento en que se expande la noticia del descubrimiento de una tumba apostólica. Y los que aquí vienen se imaginaran al Santo como al primero de los peregrinos, ello justifica que su representación asuma el sombrero, el bordón, la esclavina, la calabaza... todo aquello que habla del andar por unos caminos que, en el devenir de la Edad Media, van configurando esa relativa unidad de la cultura europea que fraguara el Románico.
Y fué también la fe la que asumio a Santiago, el Apóstol, como guerrero, al frente de las tropas hispanas en su lucha contra el moro, allá en Clavijo. En reconocimiento de su milagrosa ayuda sele reconocerá como Patrón de las Espaňas.
La fiesta del Patrono
La fiesta por excelencia en Compostela es la del Patrono. Se celebra el 25 de julio. Siempre y cuando coincida este día en domingo se reconocera el aňo en cuestion como AŇO SANTO COMPOSTELANO, se basa este en una Bula del papa Calixto II., en 1122, que confirmara Alejandro III. En 1179. El último día del aňo anterior se abre, en tal caso, la Porta Santa como símbolo a los perdones que, a lo largo de la anualidad siguiente, se ganan, por indulgencia plenaria, en la catedral compostelana.