Eslovaquia
Eslovaquia
Entre el ano 500 y el 100 a.C., una tribu celta venida del oeste europeo, los Cotini,
poblaron el territorio de la actual Eslovaquia. Posteriormente, desde el ano 100 a.C. y
hasta el 400 d.C., en este territorio los Quadi, una tribu germánica, conformaron
estados satélites del Imperio Romano al norte del Danubio (el "Limes Romanum").
Tanto los quadi como los marcomani, sus vecinos germánicos que poblaban Bohemia,
fueron expulsados por los hunos liderados por Atila.
Los eslovacos, una tribu eslava proveniente de la región oriental del Vístula y
estrechamente emparentada con los checos, comenzaron a asentarse en el territorio
entre los siglos VI y VII. Pronto debieron defenderse de los ávaros, nómades que
provenían de la baja Panonia, hasta que el comerciante franco Samo unió a las tribus
eslavas que lo eligieron rey. En el ano 805, el franco Carlomagno, expandiendo su
Imperio Cristiano, se alió con los jefes checos que habitaban Bohemia y Moravia para
derrotar definitivamente a los ávaros. En compensación por la ayuda, Carlomagno
distribuyó ducados entre los checos, que pasaron a tener el control sobre las regiones
de Moravia, Bohemia y Eslovaquia. El reino de Moravia, que incluía territorios bohemios
y eslovacos, fue así establecido. Del ano 830 al 846 duró el reinado del primer monarca
moravo, Mojmir I, quien adoptó el cristianismo.
Su sobrino y sucesor, Rotislav I (quien reinó desde 846 a 870), expandió el reinado
hasta incluir toda Bohemia y, unificando por primera vez los territorios eslavos de la
región, formó la Gran Moravia. Rotislav consolidó las relaciones con el Imperio Franco,
que respondía a Roma, en tanto que mantenía constante contacto con el Imperio
Bizantino. A solicitud de Rotislav, en el ano 863 Bizancio envió a los monjes
Constantino y Metodio, al frente de un grupo de religiosos. Los monjes tradujeron los
evangelios y disenaron el primer alfabeto eslavo (ver historia de República Checa).
Durante el reinado de Svatopluc (870-894) las fronteras de Moravia se ampliaron hasta
incluir la parte occidental de la actual Hungría y el sur de lo que hoy se conoce como
Polonia. Svatopluc abandonó las relaciones con Bizancio, debiendo los discípulos de
Metodio abandonar el reino y refugiarse en los Balcanes (ver historia de República
Checa).
La Gran Moravia vio su fin en el ano 906, cuando fue destruida por el reino germano de
Arnulfo, aliado con los magiares, una tribu nómade que provenía del Alto Volga y que
controlaba buena parte de los territorios de la actual Hungría. La parte occidental del
antiguo reino quedó en posesión de los duques checos de Bohemia, en tanto que la
parte comprendida entre los Cárpatos y el Danubio, que corresponde a la Eslovaquia de
nuestros días, fue ocupada por los magiares. A pesar de que repetidamente los duques
de Bohemia intentaron retomar el control sobre territorio eslovaco, éste siguió
dependiendo, durante diez siglos, de los reyes de Hungría.
Los eslovacos siempre mantuvieron su idioma y sus características culturales, que los
hicieron no perder en ningún momento sus lazos con los checos. Durante el siglo XV, la
Universidad de Praga ejerció considerable influencia sobre los eslovacos. Los husitas de
Bohemia (ver historia de República Checa) invadieron
repetidamente Hungría, llevando a Eslovaquia la costumbre de celebrar la liturgia en
lengua nacional y no en latín.
Las incursiones de los husitas crearon una atmósfera favorable para la posterior
recepción del protestantismo, basado en la ensenanza de la Biblia Kralice, traducida por
la congregación de los Hermanos Bohemios. A inicios del siglo XVI la mayoría de los
eslovacos había adherido al calvinismo, pero cuando en 1525 Hungría fue invadida por
el Imperio Otomano, Eslovaquia pasó a ser gobernada por la Casa de Austria, que
fortaleció la Contrarreforma en toda la región. La dependencia de la casa de Austria,
por otra parte, germanizó en buena medida la cultura eslovaca.
En 1620, los nobles checos fueron pulverizados por los magiares y Eslovaquia volvió a
formar parte del reino de Hungría. La conquista, por parte del Imperio Otomano, de la
Hungría central, acrecentó la influencia magiar en Eslovaquia. Los nobles húngaros,
huyendo del poder turco, se instalaron en los pueblos eslovacos y transformaron las
instituciones a la usanza húngara. 9 En el siglo XVII el dominio turco en Hungría fue
reemplazado por el de la Casa de Habsburgo. A fines del siglo XVIII, el emperador José
II alteró el reino de Hungría al germanizar la burocracia y limitar el poder de las
autoridades húngaras. Esto abonó el terreno para que los eslovacos recordaran su
origen eslavo y sus vínculos culturales con los checos.
La fiebre nacionalista que asoló Europa a partir de las Guerras Napoleónicas también
llegó a los territorios dominados por la corona austríaca, y el nacionalismo eslovaco
entró en conflicto con el húngaro. En 1834, el magiar reemplazó al latín como lenguaje
jurídico. En 1848 los eslovacos, aliados con checos y alemanes republicanos, se
levantaron en armas contra los magiares, quienes a su turno se habían rebelado contra
los austríacos. Dentro de este período, los eslovacos tomaron control sobre su
ensenanza secundaria y fundaron su primera sociedad científica, la Matica Slovaka.
A finales del siglo XIX, las autoridades húngaras eliminaron la lengua eslovaca de la
vida pública, que fue reemplazada por el magiar. Los líderes eslovacos, especialmente
los editores de periódicos, fueron perseguidos y muchos de ellos encarcelados. En
1907, la ley Appony transformó las escuelas primarias eslovacas en magiares.
En 1914, la Primera Guerra Mundial dio oportunidad a los eslovacos de abrazar la causa
de los aliados, que combatían al Imperio Austro-Húngaro. Decenas de miles de
soldados eslovacos, que habían sido forzados a servir en el ejército húngaro, se
pasaron al bando de los aliados. En 1915, la Alianza Checa y la Liga Eslovaca (de
Estados Unidos) llegaron en Cleveland a un acuerdo por el cual proclamaban la
liberación de las naciones checa y eslovaca y su unión federativa, con completa
autonomía para Eslovaquia. Esta última debería contar con su parlamento,
administración y con el eslovaco como lengua oficial de su estado.
Una vez finalizada la guerra en 1918 con la victoria aliada, los esfuerzos nacionalistas
dirigidos por el doctor eslovaco Thomas G. Masaryk -hijo de un cochero eslovaco y de
madre germano-morava-, del científico Milan Stefanik, un eslovaco residente en el
extranjero, y del checo Eduard Benes, conjugados con las fuerzas opositoras en tierras
checa y eslovaca, condujeron a la creación de la República de Checo-Eslovaquia, el 28
de octubre de ese ano.
En noviembre, Masaryk, quien había prometido respetar los derechos de las minorías
germana y húngara, fue elegido presidente de la nueva república, posición que habría
de mantener hasta 1935 (ver historia de República Checa). Durante todo su gobierno,
y también durante el de su sucesor, Benes, los eslovacos se sintieron relegados dentro
de un estado, centralizado por los checos, que no les daban participación equitativa.
La toma de los Sudetes por parte de Alemania en 1938 provocó la renuncia de Benes
-quien se exilió en Londres- y la ocupación de Checoeslovaquia por las fuerzas nazis en
1939 pusieron un paréntesis en la historia de la república (ver historia de República
Checa). Checoeslovaquia fue desmembrada. Bohemia se convirtió en una provincia
alemana y la Rusia Carpaciana fue tomada por los húngaros. En marzo de 1939 se
proclamó la independencia de Eslovaquia, convirtiéndose en los papeles en un estado
libre, con un presidente, Joseph Tiso, que era títere de Hitler.
Después de la victoria aliada en 1945, y contando con la presencia de fuerzas
soviéticas en su territorio, Checoeslovaquia volvió a consolidarse con el retorno del
exilio del gobierno de Eduard Benes, quien continuó como presidente. La unidad de la
república fue garantizada por su pertenencia al bloque soviético (ver República Checa)
hasta que, con la caída del régimen soviético y de su sistema de alianzas, en 1991 los
pueblos checo y eslovaco decidieron escindirse.
Michal Kovak fue electo presidente de la nueva república de Eslovaquia el 15 de febrero
de 1993. Vladimir Meciar, líder del MED y artífice del proceso de escisión, fue elegido
primer ministro.
Meciar protagonizó una administración polémica; re-estatizó el diario Smena, e impuso
en la televisión un espacio diario obligatorio para la divulgación de mensajes
gubernamentales. Además, se opuso al parlamento cuando éste aprobó la ensenanza
de la lengua húngara en las escuelas, exigiendo Meciar el cumplimiento de una vieja
ley que obligaba a las mujeres húngaras a agregar a su apellido el sufijo "ova", como
los nombres eslovacos.
Jozef Moravcik fue nombrado primer ministro en marzo de 1993. El nuevo gobierno de
coalición fue erigido con dos objetivos principales: mantener fuera del poder a Meciar y
aceptar los principios generales de la democracia europea. Sin embargo, las diferencias
internas de la coalición debilitaron este proyecto y, en las elecciones de octubre de
1994, tras obtener el 35% de los votos, Meciar reasumió como primer ministro y
canceló la política de privatización iniciada por su antecesor.
A fines de 1997, cinco partidos opositores fundaron la Coalición Democrática Eslovaca
(SDK) y firmaron un acuerdo con Coexistencia. El presidente Kovak, que ya tenía
relaciones tensas con Meciar, se sumó a las críticas contra el primer ministro,
instándolo en enero de 1998 a mejorar las relaciones con Estados Unidos y la Unión
Europea. Tras su derrota en las elecciones parlamentarias, Meciar renunció y los dos
principales partidos opositores, la Oposición Democrática Eslovaca y la Izquierda
Democrática, formaron un nuevo gobierno en octubre, con Mikulás Dzurinda como
primer ministro.
En repudio a la discriminación, cerca de mil gitanos eslovacos pidieron asilo en
Finlandia en julio de 1999. El Presidente Schuster reconoció la legitimidad del reclamo.
El gobierno, que tomó medidas inmediatas para mejorar la situación de esta minoría y
evitar así éxodos masivos, en julio de 2001 expresó su "profundo pesar" por la muerte
violenta de un gitano que estaba detenido en una estación policial y prometió que los
culpables serían sometidos a la justicia.
Los gobiernos checo y eslovaco alcanzaron un acuerdo en noviembre que ponía fin a las
diferencias financieras producto de la separación. Praga prometió entregar cuatro
toneladas y media de oro a Bratislava y reconoció tener 1.500 millones de dólares de
deuda con Eslovaquia.
El parlamento aprobó en febrero de 2001 importantes reformas a la constitución,
conducentes a lograr su integración a la UE y la OTAN. La nueva constitución
descentraliza el poder, otorga más poderes a la oficina que controla y audita al estado
y fortalece la independencia del poder judicial. Inmediatamente Rusia hizo saber que
reprobaba la posible integración de Eslovaquia a la OTAN, buscando mantener la
organización lo más alejada de sus fronteras.
En abril de 2002, la Unión Europea suspendió su ayuda financiera a Eslovaquia,
expresando dudas sobre el uso que se la estaba dando a la misma. El anuncio fue
hecho luego de la renuncia, por acusaciones de corrupción, de Roland Toth, funcionario
eslovaco a cargo de los fondos. La suspensión significó un duro golpe para las
intenciones eslovacas de integrarse a la UE.